miércoles, 24 de marzo de 2010

Segunda Parte - Bajon de Llanta

Después de sentir como el viento hostil de la madrugada golpeaba en mi rostro, una pared de cemento se aproximaba con vehemencia. Era un curva en descenso, bastante cerrada. El sudor en las manos se apodero de mí, la fricción que ejercía en mi pie hacia el pedal era más notorio y los gritos o aullidos – lo segundo creo que fue – de mi bien proporcionada acompañante, eran la alarma del volantín, mismo trompo bailarín, al paso de Bella Bella, se deslizaba mi carro en la pista.
Una suerte de ping pong primerizo se encontraba mi cabeza, por lo que totalmente horrorizado baje del carro estancado a un costado de la pista, para ver el estado en que se había quedado. Mi acompañante, quien pude divisar que lanzaba gritos dentro del carro, misma esposa primeriza esperando a su retoño, se encontraba en un estado de shock. La sujeté fuertemente con mis dos manos, la mire fijamente a los ojos y le lancé una mentada de madre visual que aún percibo que debe recordar mis ojos enfurecidos en el laberinto de sus sueños.
Consternado por lo ocurrido, atiné a mismo inspector o fiscal de turno, ver los daños ocurridos: Una reventada de radiador, carrocería clavada en la llanta delantera, maletera hundida, faros totalmente reventados, y lancé un comentario totalmente estúpido antes de finalizar mi conclusión: “ La Radio está funcionando”.
Mientras esperaba que mi compañera tomara aliento y se tranquilizará, llamé a la única persona que me podría ayudar, previa puteada de por medio: Mi padre. Creo que llegó mismo rayo al lugar; al notar su apuro y más que todo su desesperación por esconderme (después de su respectiva puteada), le pregunté porque lo hacía, porque debía esconderme, de quien me protegía?.
No te das cuenta idiota – refunfuñó dentro de su desesperación.
Si te agarra la policía, aparte que te quitan el brevete, te van a poner una multa que ni vendiendo lo que queda de tu carro lo pagarás. (Hablo del año 2002 cuando aún no había cárcel por manejar en estado de ebriedad).
Extrañamente me empecé a preguntar…Es cierto, porque no hay ningún policía si en todo San Isidro está inundado de cámaras vigiladas por doquier? Acaso ellos también han estado de juerga como yo? O es que otro imbécil me ganó y se estrelló antes que yo? O será que ha granizado fuerte una cuadra atrás y congeló a los patrulleros?
Era ilógico pensar que no haya venido ningún patrullero o unidad bulliciosa y cargosa no haya pasado, clavado justo en plena entrada a la vía expresa; pero suerte bendita la mía, escuché, de manera siniestra como se acercaba una cantidad patrullas de policías por todos lados.
Me jodí carajo – pensé en voz alta. Automáticamente me veía ya con las marrocas en las manos, conducido al calabozo del Poder Judicial, joven universitario borracho choca en Vía Expresa y deja a bullera y bien proporcionada señorita tirada al lado de la pista. Le caerá 25 años de cárcel y nunca más podrá volver a manejar.
Empecé a sentir ese sudor frío cuando te sientes perdido de alguna travesura que has realizado, cuando no tienes escapatoria y el frenesí de tus manos te delata. Tu pulso a punto de estallar, iba imaginando como sería mi vida en prisión. Puta Madre – encerrado toda mi vida en un cuartucho de porquería, donde todo era a la vez, cocina, baño, cuarto para dormir. Que horrible, Que hago? Se me pasó por la mente salir corriendo, huyendo como un marica, de los que había en la avenida Arequipa; sentía que se me bajaba la presión, mi corazón quería dejar de latir, mis ojos empezaron a lagrimear y mismo niño llorón buscando a su mamá, yo quería a la mía.
Alcancé levantar mi mirada y vi como tres patrulleros y dos unidades de serenazgo pasaron raudos al costado de mi herido Datsun JNL710. Que había pasado? Porque ignoraron el accidente que había ocasionado? Si querían paraban y me levantaban en peso? No podía entender la razón por la cual no frenaron, cuando un grito de mi padre – que se había adelantado unos metros ya al ingreso de la vía expresa – me señalaba que venga a ver lo que había ocurrido. Un terrible accidente, ocasionado por otro estúpidamente irresponsable como yo, pero este con consecuencias fatales:

2 comentarios:

  1. Tienes buen sentido del humor.
    Pero hablas de tus metidas de pata como si fuera el chiste del día.
    Manejar ebrio o simplemente ser irresponsable mientras vas al votante no es gracioso.
    Muy fuera de todo, me gusta tu redacción.
    Jemina Vásquez.
    rebisa el mio, http://jeminava.blogspot.com... hablo de ustedes.
    Suerte.

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  2. hola,
    tu narracion esta de pelicula 5*****

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